“Es deprimente ver la primera parte de las utilidades de una persona que entregó 45 años de su vida a la Siderúrgica del Orinoco, sólo 310,56 bolívares, no se ubica en 10 dólares”, así se expresó Rosalio Mendoza, tras ser entrevistado para soynuevaprensadigital.com.
Hace poco se hizo efectivo el primer pago de las utilidades de los empleados públicos, el Gobierno en esta oportunidad las cancelará en cuatro partes.
El año pasado los sidoristas recibieron este beneficio en tres partes. Lo que percibieron ahora, no alcanza para el pan de jamón, consideró otro siderúrgico que acompañaba a Mendoza.
Mendoza, Laboro en el área de Laminación en Frío, es un asiduo visitante de la Plaza Bolívar de San Félix, en donde convergen otros jubilados a recordar sus andanzas y anécdotas.
“Con el bono de guerra, también bono de comida y jubilación, sobrevivo con mi pareja en barrio El Centro. Las cosas no son las mismas de años anteriores, mucho menos de hace cuatro meses atrás, cada vez se nos pone critica la situación para comprar comida”.
Nostalgia
Mendoza, le gusta pasar horas en la plaza, algunas veces, dice que se pone nostálgico, anhela esos momentos de abundancia que disfrutaron cuando trabaja en la Siderúrgica del Orinoco, “ahora da tristeza ver como la siderúrgica se acabó, parece una ciudad fantasma”.
Vivió 17 años en el sector campesino El Silvestre vía El Pao, actualmente se halla residenciado en barrio El Centro, a un lado de la zona comercial de San Félix.
“Cuando miro alrededor de la plaza, recuerdo esos negocios como Metalcrédito, Almacenes San Antonio, entre otros que daban créditos a los trabajadores de las empresas básicas», apuntó, además, reconoció que eran otros tiempos.
Recordó la famosa esquina de Simón López, Génesis, cuyos establecimientos ya no existen, sin embargo, aún persisten La Porteña y La Japonesa, adyacente la Plaza Bolívar.
Lamenta que estructuras icónicas hallan desparecido del casco histórico de San Félix y que otras estén en ruinas, sin que la dirección de cultura de la Alcaldía de Caroní, haga algo por recuperarlas para evitar que muera la memoria de esta localidad.
Sitio turístico
Para José Rivas, es un hábito acudir todos los días a la plaza Bolívar, “tengo que disfrutar el paisaje del malecón, ver el río Orinoco y Caroní, la Isla de Fajardo, las curiaras y conseguirme con muchos conocidos que se reúnen en la plazoleta”.
El tránsito peatonal por las calles Orinoco, Bolívar, Páez y Ramírez, se congestionan a partir de las siete de la mañana. El Banco Venezuela, a un lado del Palacio Municipal, se satura de clientes que llegan a retirar sus ahorros.
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