

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iniciará este jueves un viaje a Latinoamérica para asistir a la COP30, la cumbre del clima que se celebrará en Brasil, y a la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) en Colombia. El objetivo principal es evidenciar el papel protagonista de España en las agendas de ambos eventos.
Fuentes oficiales destacan que las medidas impulsadas por el Ejecutivo para enfrentar el cambio climático, junto con la apuesta constante por fortalecer las relaciones entre la Unión Europea y CELAC, señalan claramente la posición preferente de España en estos foros multilaterales.
La COP30, que tendrá lugar en la ciudad brasileña de Belém y donde participarán más de 50 líderes, comienza unos días antes del evento climático y se centrará en retos como la transición energética. Sánchez intervendrá el viernes en el plenario y en una sesión paralela sobre este mismo tema.
El Gobierno español destaca el éxito de su modelo de transición ecológica, el cual combina la reducción de emisiones con crecimiento económico y creación de empleo. Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, fue clave en las negociaciones del reciente acuerdo para que la UE reduzca un 90% sus emisiones para 2040.
Para España, un país vulnerable a los efectos del cambio climático por fenómenos como los incendios o la dana en la Comunidad Valenciana, la COP30 es una oportunidad para avanzar en agenda de adaptación climática y en la financiación climática, donde ya ha superado compromisos previos, alcanzando 1.700 millones de euros anuales.
Tensiones políticas
Tras la cumbre en Brasil, Sánchez se dirigirá a Santa Marta, Colombia, para participar en la IV Cumbre UE-CELAC, que reúne a líderes europeos, latinoamericanos y caribeños. Sin embargo, el evento estará marcado por múltiples ausencias destacadas, incluido el presidente francés Macron y la presidenta de la Comisión Europea, von der Leyen.
Estas ausencias se enmarcan en un contexto de fuertes tensiones políticas, con denuncias recientes del presidente colombiano Gustavo Petro sobre presiones de Estados Unidos para influir en la participación de algunos países. También se discutirán temas urgentes como la lucha contra el narcotráfico y la corrupción.
A pesar de los desafíos, el Ejecutivo español subraya la importancia de mantener la periodicidad y el valor del encuentro, destacando que todos los países estarán representados, aunque no siempre por sus máximas autoridades, y resalta la prioridad que España concede a fortalecer la alianza estratégica con América Latina y el Caribe.
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