El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hicieron este miércoles frente común en defensa de la democracia y para luchar contra los extremismos que amenazan sus principios y valores.
Los dos líderes progresistas se reunieron en el Palacio de Planalto con motivo de la visita oficial del presidente del Gobierno a Brasil y, tras una reunión y la firma de varios acuerdos para reforzar la relación bilateral en numerosos ámbitos, ofrecieron una rueda de prensa en la que ambos constataron su afinidad recíproca y la de sus dos países.
España y Brasil ratificaron que tienen metas comunes y una de ellas, como resaltó Lula al inicio de su intervención, es la lucha contra el extremismo, «la negación de la política y el discurso del odio alimentado por falsas noticias».
Desde una de las sedes institucionales brasileñas asaltadas por los seguidores del anterior presidente del país, Jair Bolsonaro, Lula aseguró que la experiencia común de España y Brasil frente a la extrema derecha enseña que hay que actuar de forma coordinada internacionalmente y unir «a todos los demócratas del mundo».
«No podemos transigir con el totalitarismo ni dejarnos paralizar por la perplejidad y por la incertidumbre ante esas amenazas», subrayó el presidente de Brasil, antes de asegurar que la defensa de la democracia está inevitablemente unida a la lucha contra todas las formas de exclusión.
No olvidar las amenazas
Sánchez hizo suyas las palabras de su anfitrión para defender a las democracias de los ataques que sufren y reiteró el pleno respaldo de España a las instituciones brasileñas tras el asalto que sufrieron hace poco más de un año.
Como prueba de ese respaldo comentó que poco después visitaría también el Parlamento, otras de las instituciones asaltadas.
De esos ataques dijo Sánchez que «recuerdan la necesidad de mantenerse firmes en la defensa de los principios democráticos», al tiempo que advirtió de que «no olvidar la amenaza es la primera condición para conjurarla».
Los lazos económicos y comerciales fueron otro hilo conductor del encuentro entre Sánchez y Lula, que mantuvieron también una reunión en el Palacio de Planalto con un grupo de empresarios españoles.
El mandatario de Brasil recordó en su comparecencia que España es el segundo inversor en su país y ofreció nuevas oportunidades de inversión a empresas españolas en materia de infraestructuras y sostenibilidad.
Unas oportunidades que derivan del Plan de Aceleración del Crecimiento y del programa de neoindustrialización puestos en marcha por el Gobierno brasileño.
Se detuvo en el potencial de su país en energías renovables y garantizó que Brasil es una opción segura para los inversores, un comentario avalado por Sánchez la jornada previa a presidir la inauguración de un foro empresarial en Sao Paulo para impulsar aún más la presencia de firmas españolas en el país.
Acuerdo UE-Mercosur
Ligado a las expectativas comerciales, el presidente del Gobierno se refirió a las negociaciones para lograr un acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur que, dijo, supondría grandes beneficios para ambas partes.
El compromiso que contrajo ante Lula es que mantendrá su determinación para ayudar a que ese acuerdo supere los escollos y se haga realidad.
El presidente brasileño recordó las dificultades que pone Francia para lograr el acuerdo y dijo que la UE puede cerrarlo sin el voto de ese país.
«Francia forma parte de la Unión Europea y lo tendrá que aceptar», apostilló, antes de lamentar que no se culminaran las negociaciones el pasado semestre, cuando España presidía el Consejo de la UE y Brasil Mercosur.
La lucha contra el cambio climático o la reforma de las instituciones multilaterales fueron otras cuestiones tratadas por Sánchez y Lula, quienes analizaron igualmente conflictos como el de Ucrania y el de Israel y Hamás.
La «matanza» de Gaza
El presidente de Brasil lamentó que la «parálisis» del Consejo de Seguridad de la ONU es prueba de la necesidad de acometer reformas urgentes en el sistema de gobernanza global para hacerlo más representativo.
En ese contexto, defendió la creación de un estado palestino y reclamó poner fin a la situación que está viviendo la población de Gaza porque «no se puede seguir con esta matanza».
Lula calificó días atrás de «genocidio» la actuación de Israel en Gaza y, al plantear a Sánchez si compartía ese calificativo, ha vuelto a reiterar su posición favorable a permitir la entrada de ayuda humanitaria, el cese de la violencia y la coexistencia de dos estados.
Además, repitió que después de lo que se está viendo en La Franja, «hay dudas más que razonables de que Israel esté cumpliendo con el Derecho internacional humanitario».
Por otro lado, ambos expresaron su deseo de que las elecciones en Venezuela previstas para el 28 de julio se celebren con todas las garantías democráticas.
El fortalecimiento de la relación bilateral a consecuencia de la visita de Sánchez se plasmó en la firma de una declaración que institucionaliza un mecanismo permanente de concertación con una hoja de ruta de colaboración específica en una serie de ámbitos como el político, comercial, de inversiones, ciencia, medio ambiente o defensa.
Además, se firmaron cinco memorandos para cooperar en materia de ciencia, investigación sanitaria, cooperación tecnológica, cursos a distancia de la Escuela Virtual del Gobierno y conectividad satelital.
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