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El tifón Koinu, localizado hoy en el litoral sur de Taiwán, ha dejado hasta ahora 190 personas heridas y más de 62.000 hogares y empresas sin electricidad, según el primer balance de las autoridades de la isla.

La mayoría de los heridos sufrió daños entre la tarde del miércoles y este jueves cuando circulaban en motocicleta y chocaron contra árboles caídos, por caídas debido al viento o por el impacto de ramas desprendidas, de acuerdo a fuentes policiales y sanitarias citadas por la agencia oficial CNA.

La peor parte durante el paso del tifón la ha sufrido el condado sureño de Pingtung, donde los fuertes vientos tumbaron postes de electricidad y comunicaciones, señales de tráfico y arrancaron tejados metálicos.

De acuerdo a la compañía eléctrica Taiwan Power, la tormenta llegó a dejar sin suministro eléctrico a 174.459 hogares, si bien el servicio ha comenzado a restablecerse y en la mañana de este jueves el número de viviendas sin luz se había reducido a 62.381.

El paso de Koinu provocó asimismo retrasos y cancelaciones en el tráfico aéreo y marítimo que afectaron a 42 vuelos internacionales y 182 nacionales. También se vieron interrumpidos los servicios de ferry interinsulares y entre las dos orillas del Estrecho de Taiwán, con 136 servicios de 15 rutas suspendidos por el momento.

El tifón Koinu se encontraba a las 12:00 hora local (4:00 GMT) a unos 60 kilómetros al oeste del cabo taiwanés de Eluanbi y se espera que en las próximas 24 horas se desplace al oeste o gire al oeste-noroeste a una velocidad de 10 kilómetros por hora, según el último parte de la Administración Meteorológica de Taiwán.

La mayor parte de la isla permanece en alerta por fuertes vientos y lluvias torrenciales que pueden prolongarse hasta el viernes, en tanto en el litoral sur y oeste las olas podrán alcanzar los siete metros de altura, advirtió el organismo.

El Koinu golpea Taiwán apenas un mes después de que lo hiciera el tifón Haikui, que en septiembre tocó tierra en el sureste de la isla, donde dejó al menos 40 heridos y obligó a evacuar a miles de personas.

El tifón llegó a la isla tras su paso por el norte de Filipinas, donde los fuertes vientos y lluvias forzaron la evacuación de unas 200 personas, causaron daños en 26 viviendas y obligaron a suspender las clases en un centenar de localidades, según los datos del Consejo Nacional de Reducción y Gestión de Riesgos de Desastres.

El Servicio Meteorológico filipino mantiene hoy el nivel 3 de alerta sobre un máximo de 5 en el norte de Batanes, en el extremo norte del archipiélago, debido a los vientos de entre 89 y 117 kilómetros por hora que esperan en las próximas horas, con riesgos de daños en algunos edificios y de derrumbe de árboles.

Ningún aeropuerto ha cerrado por el temporal, pero han sido suspendidos siete vuelos hasta el momento.

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