Las fuertes tormentas que azotan parte del litoral norte europeo y especialmente los países bálticos -Estonia, Letonia y Lituania- han dejado al menos dos muertos y causado cuantiosos estragos materiales, principalmente a causa de la caída de árboles arrancados de sus raíces.
Las víctimas mortales se produjeron en Lituania, donde una mujer murió a causa de la caída de un árbol, y en el este de Letonia, donde un hombre falleció a causa de las heridas sufridas en circunstancias parecidas.
En Letonia se registraron al menos ocho heridos por el granizo y la caída de árboles.
El primer ministro letón, Krišjānis Kariņš, ordenó a las autoridades evaluar daños y pérdidas ocasionados por las tormentas, aunque por el momento no se han concretado ayudas o indemnizaciones a las personas y empresas afectadas.
En Estonia, la isla más afectada fue la de Saaremaa, donde el granizo destrozó ventanales, automóviles e invernaderos.
En Letonia, los daños más graves se produjeron en la localidad rural de Dobele, adonde ha anunciado el propósito de desplazarse el presidente del país, Edgars Rinkēvičs, actualmente de visita en la frontera con Bielorrusia.
Las tormentas empezaron a azotar los países bálticos el lunes, después de que las temperaturas subieran hasta cerca de 30 grados el domingo para desplomarse a los 15 o 17 grados el martes.
La situación en el Báltico es similar a la que viene registrándose en todo el norte de Europa, desde los países escandinavos al litoral alemán.
En Suecia, como en Noruega y Finlandia, el temporal colapsó carreteras y provocó retrasos en el tráfico aéreo, así como cancelaciones en conciertos y actos públicos.
En Alemania la tormenta golpeó buena parte de la costa sobre el mar del norte y sobre el Báltico y durante horas quedó interrumpido parcialmente el tráfico marítimo.
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