Italia.- La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, confió en que el Congreso de Estados Unidos pueda aprobar en la primavera de 2022 uno de los pilares del acuerdo fiscal global consensuado en el marco de la OCDE y respaldado por el G20 en Venecia.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 han apoyado este sistema que se basa en dos pilares, el modo de asignar un porcentaje de los beneficios de las empresas a ciertas jurisdicciones para que paguen impuestos donde operan aunque no tengan presencia física; y en la aplicación de un tipo mínimo del impuesto de sociedades de, al menos, el 15 % a las empresas con una facturación como poco de 750 millones de euros (unos 890 millones de dólares).
La intención es que los países definan los cabos sueltos que quedan en los próximos meses para que los líderes del G20 puedan aprobarlo en la cumbre que celebrarán en Roma en octubre, y que el sistema se empiece a aplicar en todo el mundo antes de finales de 2023.
Para que Estados Unidos se sume al pacto necesita el respaldo del Congreso y Yellen, que ha viajado a Venecia para participar en esta cita, señaló en una rueda de prensa este domingo que esta cámara podría aprobar el primer pilar en la primavera de 2022.
Ya el sábado, dijo que esperaba que el segundo, el que se refiere a la tasa mínima sobre impuesto de sociedades de al menos el 15 %, fuera respaldada ya este año.
Destacó que una amplia mayoría de países vayan a adoptar este acuerdo sobre fiscalidad internacional y recordó que el lunes participará en una reunión del Eurogrupo para conversar con los tres países de la Unión Europea (UE), Irlanda, Estonia y Hungría, que no se han adherido y explicarles por qué cree que «deben ser parte».
«En lugar de preguntarnos quién puede ofrecer las tasas impositivas más bajas ahora estamos todos los países compitiendo en base a los fundamentos económicos, con nuestras fortalezas económicas, nuestras capacidad de innovación y la robustez de nuestras instituciones económicas», argumentó.
El pacto, añadió, «dará a los países los recursos necesarios para realizar inversiones en el bien común como infraestructuras, investigación y desarrollo, y educación».
Finalmente, reconoció la preocupación por la propagación de las variantes del coronavirus, especialmente la delta, y dijo que pueden afectar a la recuperación económica.
«Estamos muy preocupados por la variante Delta y otras variantes que podrían amenazar la recuperación. Estamos conectados a la economía global, lo que sucede en cualquier parte del mundo afecta a todos los países. Por lo tanto, reconocemos la importancia de trabajar juntos para acelerar el proceso de vacunación y tenemos el objetivo de vacunar al 70% de la población mundial el próximo año», concluyó.
EFE
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