
A primera hora de la mañana del lunes 27, fue encontrado el cadáver de un hombre, aproximadamente de 30 años, en la avenida Fuerzas Armadas de la zona Industrial Matanzas, en Puerto Ordaz.
La víctima, aún sin identificar, presentaba una herida por proyectil en la parte posterior de la cabeza. Su cuerpo fue localizado boca arriba con rastros de sangre que se dirigían hacia la cerca de la fábrica de aluminio Alcasa, a pocos metros de un antiguo puesto de control.
Una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) se presentó para iniciar las averiguaciones preliminares.
Los investigadores sospechan que al menos cuatro personas podrían estar involucradas en el abandono del cuerpo en este sitio. Además, el cadáver presentaba excoriaciones que sugieren que fue arrastrado antes de ser abandonado.
El infortunado, según trascendió en el botadero de escombros ubicado detrás de la empresa de aluminio, frecuentaba este lugar donde se recuperan materiales desechados.
Bote de escombros
Uno de los “garimpeiros” consultados en el botadero no quiso ampliar detalles sobre el hecho, pero denunció que a pesar de contar con una cooperativa autorizada por altos cargos del Gobierno, son perseguidos y maltratados por el personal de protección de planta de Alcasa y la Guardia Nacional.
Señaló además que policías nacionales se esconden en la maleza durante la noche para despojarlos de materiales como hierro, cobre y aluminio recuperados de los escombros.
Esta situación ha ido en aumento, aunque reconoció que hay personas que ingresan a robar directamente en las instalaciones de la empresa, mientras otros sobreviven recogiendo residuos.
Paredes ahuecadas y cables quemados
Alrededor del botadero existen múltiples caminos verdes que los “garimpeiros” utilizan para acceder a la cima del cerro donde depositan los desechos de Alcasa.
La cerca perimetral de la fábrica muestra múltiples agujeros en zonas desprotegidas, permitiendo el ingreso para hurtar objetos de valor.
Un galpón de la empresa ha sido completamente desmantelado, una situación similar a la de muchas otras empresas en la zona industrial de Matanzas.
Entre la maleza se encuentran aisladores de alta tensión destruidos y cables a los que les han sustraído el cobre, así como otros objetos que alguna vez contuvieron materiales ferrosos, aluminio y hierro.
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