Hoy hace cinco años, en un contexto de estabilidad y auge de la diplomacia, la integración de Israel en Oriente Medio dio un salto con la normalización de sus relaciones con Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin. Pero la guerra en Gaza y el ataque en Catar han paralizado ese proceso con un país visto ahora «como un lastre y una amenaza».

En una ostentosa ceremonia en la Casa Blanca y bajo los auspicios del presidente estadounidense, Donald Trump, estos tres países firmaron los denominados Acuerdos de Abraham para poner fin a décadas de enemistad, reconocer a Israel y abrir la puerta a una cooperación económica que ha generado miles de millones de dólares.

Sin embargo, según dijo a EFE Elham Fakhro, autora del libro «Acuerdos de Abraham: Los Estados del Golfo, Israel y los límites de la normalización», estos acuerdos «se encuentran en un punto muerto» ante «la negativa de Israel a poner fin a su genocidio en Gaza».

«(Israel) ya ha congelado las perspectivas de ampliar la normalización; Y el ataque a Catar ha hecho que tales esfuerzos sean aún más impensables», dijo la académica bareiní, que apuntó que la sensación entre los líderes regionales es que, lejos de ser un aliado para la paz, «Israel es cada vez más un lastre y una amenaza».

 

¿Romper relaciones?

Fakhro recordó que si bien los países árabes con vínculos con Israel «han decidido» no romper la relación, advirtió de que las inversiones en Israel se han «enfriado significativamente y ya no hay conmemoraciones simbólicas de los Acuerdos de Abraham como antes».

La normalización ha sido duramente condenada por la población de los países árabes, que vieron este paso como un abandono a la causa palestina. Las críticas han ido en aumento tras el estallido de la guerra en Gaza y la incapacidad de los Estados árabes para ejercer influencia y detener lo que tanto Gobiernos como ciudadanos ven como un genocidio.

Para el analista político emiratí Mohammed al Hammadi, los Acuerdos de Abraham siguen teniendo sentido con la condición de que «se basen en la integración económica regional» y en «la calma política».

«Pero creo que la prolongada guerra en Gaza y los intentos de anexión de Cisjordania sin duda sacudieron la ecuación y vaciaron los acuerdos de partes significativas de su verdadero espíritu», advirtió a EFE Al Hammadi, que insistió sin embargo en que los pactos «no fracasaron» y «se sigue trabajando en ellos».

El periódico progresista israelí Haaretz afirmó que tras el bombardeo en Doha, que provocó la muerte de seis personas e iba dirigido a una delegación negociadora del grupo islamista Hamás, las autoridades de Catar han estado presionando a Emiratos para que cierre su embajada en Tel Aviv, cuya apertura fue uno de los logros de los acuerdos.

Sin embargo, Al Hammadi cree que Emiratos «se está tomando su tiempo y no toma decisiones emocionales» pese a que Israel esté cruzando las líneas rojas marcadas por Abu Dabi.

El ataque a Catar de la semana pasada «complica aún más la situación, ya que es la primera vez que la agresión israelí se extiende a los países del Golfo», añadió.

 

Líneas claras

«Lo importante hoy es que Israel comprenda que los acuerdos que firma no son cheques en blanco, sino contratos condicionales, y que existen obligaciones que debe cumplir y respetar», afirmó el analista, que consideró que si el Estado judío desea la paz «debe estar preparado para integrarse y actuar y no seguir tomando decisiones unilaterales».

Asimismo, recordó que si Israel desea formar parte de Oriente Medio, «debe dar señales que lo demuestren», al contrario que lo que ha ocurrido desde el estallido de la guerra en Gaza, ya que el Gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu «ha confiado en su fuerza y presionado en todas direcciones sin tener en cuenta sus alianzas ni acuerdos».

El analista político Ahmed Sharif al Ameri afirmó a EFE que las relaciones con Emiratos «son tensas y condicionales», y que Abu Dabi ha convocado a embajadores, emitido declaraciones formales y establecido «límites claros que rigen el alcance de la interacción».

Cruzar estas barreras «reduce el espacio político, somete la integración a una tensión directa y define el futuro de la interacción regional», añadió Al Ameri, que aún así indicó que «los canales diplomáticos se mantienen activos» para seguir proveyendo ayuda humanitaria a los palestinos y promover «iniciativas de desescalada».

«Emiratos Árabes Unidos sigue priorizando la moderación, la protección humanitaria y la salvaguardia de un horizonte político, dejando claro que la estabilidad depende del cumplimiento de los principios acordados», sentenció. 

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