Garbiñe Muguraza
Foto de archivo de la extenista hispanovenezolana Garbiñe Muguruza, campeona de Roland Garros en 2016 y de Wimbledon en 2017. EFE/ Kiko Huesca

Garbiñe Muguruza, excampeona de las Finales WTA (Guadalajara 2021), exnúmero uno del mundo y ganadora de dos títulos de Grand Slam, sigue profundamente ligada al tenis. Si bien ha dejado de lado la raqueta tras su retiro en abril de 2024, ahora está centrada en la puesta en marcha de las Finales WTA en Arabia Saudí, un evento que considera el «quinto Grand Slam» y una coronación como «campeona del mundo».

Actualmente, su rol como directora de las Finales WTA es amplio, con foco en las operaciones y la logística. Su misión principal es asegurar que las jugadoras tengan el máximo nivel de calidad y se sientan «muy bien tratadas», ofreciéndoles una «cara familiar como la mía para que se puedan sentir cómodas» tras meses de trabajo en equipo.

Valor de las Finales y la competitividad

Muguruza rememora con cariño su victoria en México, un «momentazo» que, más allá del amor del público, representa la dureza de un torneo al que se llega tras una «lucha constante todo el año» sumando puntos.

Asimismo, explica que, una vez clasificadas, la competencia es la más exigente del circuito: «Cada partido que juegas es como si jugaras una final de Grand Slam porque todas tus contrincantes son las mejores».

Sin embargo, destaca el formato de round robin (liguilla) como su rasgo distintivo: «incluso perdiendo un partido puedes clasificarte para las semifinales», una oportunidad que no existe en otros torneos.

La excampeona reafirma el estatus del evento: «Para mí sí» tiene el valor de un Grand Slam, a pesar de ser «un poco más desconocido a nivel de seguidores» que los majors tradicionales.

Para ella y las jugadoras, «a nivel de lo que engloba el torneo, es como coronarte en la cima del mundo del tenis».

Este año, el evento presenta un cartel inmejorable, sin bajas y con las ocho mejores jugadoras del ranking en Riad, lo que Garbiñe considera la edición «de mayor competitividad de los últimos años».

Reflexiones sobre Paula Badosa y Aryna Sabalenka

Una ausencia notable es la de Paula Badosa, quien ha terminado la temporada prematuramente por lesión. Muguruza lamenta su situación, reconociendo que a Badosa no le falta «talento» ni «tenis» para estar en las Finales «cada año», pues ha sido número dos del mundo y ganado a las mejores.

No obstante, Garbiñe percibe que «hay algo que físicamente no está encajando» y que no le permite explotar todo su potencial, lo que inevitablemente afecta también a nivel mental. «Sufro cuando nos hace ver que está lesionada porque estar lesionado es lo más duro», confiesa, pues implica tristeza, no poder practicar su deporte y ver al resto de compañeras competir.

En cuanto a las candidatas de este año, Muguruza ve a Aryna Sabalenka como una «buena candidata», señalando que podría ser su año, especialmente ahora que «ya no tiene la presión de ser número uno» al asegurar el puesto pase lo que pase en el torneo.

La dificultad para ganar las Finales es tal que nadie repite título desde Serena Williams.

Legado de las Williams y Nueva era del tenis

Muguruza se alegró enormemente por el Premio Princesa de Asturias otorgado a Serena Williams, a quien, junto a Venus, admira profundamente. Destaca que «han revolucionado el tenis» con su «cambio de fuerza, de velocidad, de agresividad y todo lo que han ganado», siendo «referentes no solo para mí y para muchísima gente».

Sobre el circuito femenino actual, le gusta la tónica de este 2025, en el que ha habido cuatro ganadoras diferentes en los Grand Slam. Prefiere esta variedad de estilos y caras nuevas a una hegemonía como la que se vio hasta hace poco.

«Me parece guay que haya este nivel de competitividad tan alto», afirma.

El «terremoto» Alcaraz

En el circuito masculino, celebra el impacto de Carlos Alcaraz, al que llama el «terremoto» en la pista, justo cuando se hablaba de un posible vacío tras la retirada de Rafa Nadal.

«No podemos estar mejor acostumbrados a un talento de este nivel en este país», comenta, valorando su «desparpajo, ambición» y un «talento que no sé de qué planeta aterrizó». La llegada de Alcaraz ha sido en «el momento adecuado» para «mantener la continuidad, que no haya otro desierto».

Finalmente, mientras espera su primer hijo, Muguruza confiesa que le encantaría que jugara al tenis y practicara deporte. Sin embargo, sobre la posibilidad de que sea profesional, prefiere ser cauta: «Ya veremos, ya veremos», pues los deportes individuales «necesitan del talento y hay que verlo poco a poco».

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